

Confieso que iba sin tenerlas todas conmigo. Y es que mi experiencia con las 3D no era muy buena (además los 31 “leuros" que la chica me pidió para entrar los cuatro, 19 de pack familiar y 12 por el suplemento de las 3D, me hicieron acordarme de las 3D y la madre que las parió un buen rato). Recuerdo las gafas con un “cristal” rojo y otro azul, que lo único bueno que tenían era eso, los colores, porque por lo demás era un churro. Pero nada que ver con lo de ahora. Un poco incómodo para los gafotas como yo que tenemos que tener puestas dos gafas pero por lo demás se lo han currao y ahora es una gozada esto de las 3D. Confieso que hubo dos veces que me eché a un lado porque tenía encima a un bichejo primero y otra cosa después, además de la profundidad con la que ves las escenas y de que tienes el primer plano más primero que nunca que también una vez “toqué” ese primer plano.
Y si a todo lo demás le unimos que la historia, los personajes, el sonido y la compañía, como veis, era lo mejor de lo mejor pues las casi tres horas de película se pasan en un santiamén. Alguno podrá decir que el guión es un poco simple pero creo que la enseñanza que a todos y especialmente a los niños puede darles de cuidar nuestro entorno, ser fieles a los amigos y trabajar hasta el final por algo justo que te has propuesto conseguir supera a esa posible simpleza.
Si no la habéis visto, hacedlo.