Mi primer año cargando por fuera y desde Madre de Dios hasta la Catedral. Cuando finalmente y tras el acoplamamiento supe que ese iba a ser mi sitio este año no puedo negar que me sentí muy contento y orgulloso aunque un poco asustado. Lo primero que hice fue irme para la Virgen, rezar un momento, besar su manto y pedirle protección, aparte de decirle que este año la iba a llevar otra vez.
Lo de horquillar es pesado, la Virgen parece que se va a caer, el paso no deja de moverse. Para mí la cosa fue bien, cansado, la Carrera Oficial se hace eterna, llega un momento en el que piensas, como todos los años, que el año que viene va a cargar su ... pero eso se pasa nada más dejar la horquilla al compañero de la otra cuadrilla y coger el cirio (por cierto que el entorno de la Catedral no tiene solución, no sé si será el lunes por lo de la recogida del Cristo de la Viga o será todos los días, pero es lamentable, el ruido, la poca educación, la suciedad, en fin, penoso). Recogimiento, oración, San Miguel, siempre igual, siempre diferente.
Amargura en las Angustias. Algún año espero ver al Prendimiento por Santiago de recogida pero mientras no pueda el miércoles santo tiene su culmen en las Angustias escuchando Amarguras al paso de la Virgen. Este año me ha impresionado el silencio con el que todos hemos escuchado la marcha y el aplauso final. Delicioso
Y aunque a algunos no les guste, a mí la petalada a la Virgen del Valle y la salve en la Plaza Rivero me emocionan y me hacen sentir lo bello de estos días. Como en los viejos tiempos, detrás del paso hasta casi el manto (los de la banda tuvieron que hacerse paso porque se habían quedado lejos y los costaleros no escuchaban) y después su buena bulla para salir, tanta que tuvimos que volver sobre nuestros pasos para poder ir al Señor del Descendimiento y a la Virgen de la Soledad que como tantos otros no pudieron salir este años y sus hermanos tendrán que esperar algo menos de un año para disfrutar, rezar y acompañar a sus imágenes de sus amores por las calles.
Los sentimientos que afloran esos días son muy importantes y preciosos para alguien como yo que lo vive intensamente. Son días que uno espera con mucha ilusión, la lluvia a veces te juega malas pasadas pero contra ello nada podemos hacer más que pedir y rezar pero nuestra poca fe supongo que no nos hace cambiar las cosas como uno quisiera.
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