




Y llegó un tercero, cuarto y quinto domingo de Cuaresma pero no tuvo uno tiempo de blogear aunque imágenes se vivieron muchas y podéis verlas. Llegó la Semana Santa, muy linda como siempre. Un Domingo esplendoroso, un Lunes lluvioso (para no variar) en el que recé mucho y me acordé mucho y donde volví a portar sobre mi hombro a la Vírgen esperando poder hacerlo algún que otro año más sea el trayecto más corto o más largo, eso Ella lo decidirá. Martes de grata comida en casa de Jesús y Belén para ver los judios; aunque habían llegado hace poco de viaje no quisieron que sólo durara un año la "tradición" de reunirnos en su casa el Martes Santo para desde sus balcones y su azotea disfrutar del discurrir de la cofradía de mi padre. Miércoles, Jueves, la Madrugá donde Esperanza pudo por fin hacer por primera vez su recorrido entero y acabar con su carita sonsorada y sonriente como si no hubiera estado once horas acompañando a su Sentencia y su Esperanza. Y José Manuel disfrutando de esas horitas, como debe ser. Y el Viernes Santo, espectacular como siempre. Todo es distinto año tras año pese a que a algunos les pueda resultar igual. Y esperando algo más de un año hasta la próxima.
Ayer me llevé un gran susto. En las noticias oí el accidente de un helicóptero militar en Haiti. Pensé llamar pero no quise ser pájaro de mal agüero. Bástase. Por fin, pese evidentemente a la pena por la muerte de cuatro hombres jóvenes, entre ellos no estaba Xabi. No quise pensar en nada por aquello del agüero de antes, menos mal. En pocos días estará aquí. Habrá que celebrarlo.
Y ayer también una decepción: Patri y José Miguel parece que han perdido el niño que esperaban. Mucho ánimo para los dos. Esto no es más que el preludio de una nueva ilusión porque ya veréis cómo otra vez una vida nueva empezará su camino en el vientre de Patri.
Muchos besos.
Y si algo o alguien se me olvida, por favor que me perdone y a ver si yo me acuerdo y tengo más tiempo para andar por aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario